domingo, 11 de febrero de 2018

Bitácora de un instante contigo

Bitácora de un instante contigo

Me encantó mirarte de reojo.
Aproveché todos los insterticios dimensionales
en el espacio y en el tiempo
para recorrer tus labios generosos,
tu sonrisa amplia,
tus dientes expresivos,
las apacibles muescas en tus mejillas risueñas,
tu mentón suavemente afilado.
Pude ver incluso la poderosa fuerza en tu voz,
y hasta la sangre de tu yugular izquierda.
fluyendo aprisa hacia tu corazón.

Tuve la enorme fortuna de ver detrás de tu oreja,
notando espigas sueltas de un cabello que iba y venía
entre tus ojos y tus manos:
que giraba y retornaba,
que amarrabas y soltabas,
que movías y detenías,
como si supieras
cuánto me encanta,

Alcancé a compartir ese precioso magnetismo tuyo,
y corrí pegado a tí por una especie de electrostática indetectable;
y logré sobrevivir a las oleadas de energía cósmica
y etérea.

Y aunque sólo fue un instante,
no me queda ahora sino el síntoma de abandono y soledad:
un awumbuk guineano,
la sensación de querer seguir irradiado por esa energía
...

incluso si hasta muero en el proceso
...





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