Bitácora de un instante contigo
Me encantó mirarte de
reojo.
Aproveché todos los
insterticios dimensionales
en el espacio y en el
tiempo
para recorrer tus labios
generosos,
tu sonrisa amplia,
tus dientes expresivos,
tus dientes expresivos,
las apacibles muescas en
tus mejillas risueñas,
tu mentón suavemente
afilado.
Pude ver incluso la
poderosa fuerza en tu voz,
y hasta la sangre de tu
yugular izquierda.
fluyendo aprisa hacia tu
corazón.
Tuve la enorme fortuna de
ver detrás de tu oreja,
notando espigas sueltas de
un cabello que iba y venía
entre tus ojos y tus manos:
que giraba y retornaba,
que amarrabas y soltabas,
que movías y detenías,
como si supieras
cuánto me encanta,
Alcancé a compartir ese
precioso magnetismo tuyo,
y corrí pegado a tí por
una especie de electrostática indetectable;
y logré sobrevivir a las
oleadas de energía cósmica
y etérea.
Y aunque sólo fue un instante,
no me queda ahora sino el síntoma de abandono y soledad:
no me queda ahora sino el síntoma de abandono y soledad:
un awumbuk guineano,
la sensación de querer
seguir irradiado por esa energía
...
incluso si hasta muero en
el proceso
...
PD: Definición de Awumbuk aquí (N° 3)
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