viernes, 24 de abril de 2009

Fe de erratas

En este espacio quiero hacer una aclaración sobre una de las entradas que escribí bajo la entrada titulada INSUME. se trata de A ESPALDAS, en la cual, he escrito acerca del proyecto de reforma constitucional para la inclusión del concepto de pueblos indígenas y la multiculturalidad de la realidad del país. Ahí escribí que la ley fue aprobada, cuando lo que se aprobó fue la idea de legislar, por lo último que me enteré.

De todas maneras, el rechazo que se genera a partir de las organizaciones indígenas llama la atención. Si es que el parlamento y el gobierno no escuchan sus demandas ni se esfuerzan por incluirlas, se estará votando una ley A espaldas de los verdaderamente involucrados.

Mis disculpas del caso....

viernes, 17 de abril de 2009

INSUME: ADICTOS AL PLÁSTICO. UNA REFLEXIÓN SOBRE LA COLUSIÓN

"Cuidense de toda avaricia porque la vida no consiste en poseer muchas cosas"
Jesús

En esta oportunidad, quiero reflexionar acerca del hecho visible, que detonó hace unas semanas luego de una "negociación". La colusión de farmacias en el precio de los medicamentos.

Para la mayoría sino para todos, resulta un hecho repudiable, que provoca el odio de las masas ya enfurecidas por el alza generalizada en el costo de la vida. Los millones y millones de pesos que 'nos han robado' se suman a los millones y millones que ya 'nos han sacado' con otras alzas. El deseo de retribución y justicia - que esconden en realidad el deseo de venganza - ya se ha posesionado de una gran parte de la sociedad chilena.

Hay ciertas cosas que son necesarias de destacar antes de aclarar el concepto 'insume'. Cosas como la sorpresa que de todas maneras me causa la sorpresa del mundo social y político chileno. Como si en realidad, la situación no era visible. Por supuesto que era visible antes de la explosión generalizada, por supuesto que todos lo sospechábamos, pero no se hizo frente antes porque supuestamente no habían pruebas, pero además porque el ser humano es social y como seres sociales estamos obligados a confiar en los demás. Confíamos ciegamente que no hay robo, que no hay estafa ni colusiones, porque si nos ponemos a sospechar y a desconfiar, caeríamos en una paranoia social y un estado de enfermedad y delirios de persecución nítidamente enfermizos.

Tal es la realidad cotidiana. Porque no solo es claro ver a las farmacias coludidas; qué pasa con los supermercados, las multitiendas, las compañías de telecomunicación, las panaderías, las empresas de transporte, los abogados, las universidades, los médicos, las bencineras; etcétera, etc. Pero estamos obligados a confiar, a creer en nuestros prójimos, en su buena fe. Porque solos no sobreviviríamos. No podemos estar buscando la colusión, el robo y la estafa en todo el mundo, porque aún nosotros mismos somos capaces de caer e iniciar una colusión, un robo, una estafa.

Otra cosa es el poder que genera el tener la capacidad de sanar, a través de los medicamentos y químicos. Los 'curanderos' de hoy (laboratorios y farmacias) tienen el poder para crear sanidad y distribuirlas. Pero como se trata de poder, este tarde o temprano corrompe. Y lo hizo, lo hará y lo está haciendo ya. Como ese poder está en sus manos, tienen la capacidad de decidir qué hacer, cómo distribuir sus creaciones, cómo ser retribuido y tributado. Y pasa lo mismo con todos los tipos de poder. La bencina, la energía eléctrica, el agua, los alimentos, los servicios y muchas cosas más están en una constante ir y venir entre las decisiones que toman quienes tienen tal poder en sus manos. La ética y la moral serían aquellos reguladores para decisiones que podemos llamar 'limpias' y la ambición y avaricia quienes determinan las decisiones sucias. Todos y cada uno de los sujetos que poseen algún tipo de poder en sus manos, transitan en ese campo de posibilidades de hacerse ricos con ese poder, es decir, perversos y malvados, o volverse héroes, éticos y defensores de pobres (en términos más que nada metafóricos).

En cuanto a las causas subyacentes a este hecho específico (la colusión de farmacias), creo que mucho se ha hablado del sistema capitalista, que está en crisis, que va a caer, etc, etc. No me detendré en esta causa exáctamente por el manoseo y por la cantidad de veces que se puede leer una crítica similar al sistema en otros muchos lugares. Pero si quiero detenerme en una causa que permite la colusión por un lado y por otro, permite la continuación de esta a través del tiempo. Es la dependencia. Pero no me refiero sólo a la dependencia a los medicamentos en este caso, sino más bien a la dependencia del consumo y a la dependencia a una forma de lograr el consumo más allá de nuestras fuerzas productivas. Me refiero a esa necesidad adictiva que nos lleva a comprar aún cuando no necesitemos nada.

Es así como he forjado el termino insume, como un concepto irrisorio, formado por in- que vendría de la palabra inhalar, en el sentido drogadicto de la palabra - y por sume- las sílabas finales de la palabra consume. De esta manera, insume significa la adicción por consumir. Pero no al consumo de cualquier tipo. Se trata de una plásticodependencia; es decir, a la dependencia del plástico (Tarjetas de crédito, exáctamente). Es esta la que permite e inside en el círculo vicioso de seguir comprando, aún a pesar de la colusión y la estafa.

Durante estas últimas semanas se han dado diversas 'funas' a las farmacias. Quienes las organizan, hacen un llamado a no comprar ni ingresar a los locales. Pero, ¿Se han dado los resultados esperados? ¿Han conseguido que la gente no ingrese a ellos? Me parece que no, pues la gente no tiene más opción para adquirir medicamentos que usar las tarjetas de crédito para comprar. Porque no hay suficiente cash en los bolsillos, no hay líquido o papel moneda tangible para comprar. Hacemos uso de ese símbolismo, canjeando y posponiendo el pago para cuando si tengamos. Es una dependencia: es más fácil, más conveniente, pero muy adictivo. Es un círculo vicioso que no se detiene ante los frágiles deseos de parar y dejar el 'vicio'.

Obviamente este fenómeno de la falta de liquidez se circunscribe a la crisis económica que viene desde mucho antes que el hecho actual que vemos por las noticias. La inflación, el aumento del costo de la vida, las alzas y el estanco de los sueldos son factores explicativos de esta falta de liquidez. Pero además, hay factores de tipo simbólico y cultural necesarios para una mejor comprensión de este fenómeno. El aumento de las tecnologías y las agresivas campañas publicitarias que nos llevan a creer en íconos y modelos de familia y estilos de vida ideales nos han llevado por un camino de consumismo exhacerbado, todo para alcanzar algún estatus o prestigio dentro de nuestro círculo íntimo de conocidos. La búsqueda de ser algo más; y que ese algo más se refleje en la materialidad de lo que tengamos me parece un absurdo y una confusión de los valores más importantes que deberíamos tener, como la solidaridad, el amor, la amistad, etc. La Biblia dice: cuídense de toda avaricia, porque la vida no consiste en poseer muchas cosas. La pregunta frente a esto es ¿En qué consiste la vida? y eso es una pregunta que a todos nos supera, pero cuya respuesta está en nuestras decisiones acerca del estilo de vida que deseamos vivir. Es decir, está en la experiencia y en la empiricidad de la vida.



martes, 7 de abril de 2009

A ESPALDAS

Nuevamente abro este espacio para hacer una crítica profunda. Esta vez a nuestro sistema de gobierno y a la democracia y al sistema político en general. Quiero basarme en tres hechos que han sucedido el último tiempo en nuestro país; hechos lamentables desde el punto de vista democrático, legislativo y político. El primero sucedió a fines de marzo, con la aprobación de la Ley General de Educación, LGE. Como muchos saben, esta ley se creó y se aprobó a espaldas de las organizaciones que se articulan en torno a la educación, a saber, el colegio de profesores y las organizaciones estudiantiles. En ningún momento se tomaron en cuenta las propuestas ni ideas de estos organismos. El consejo Asesor presidencial, conformado en una ínfima minoría por estudiantes y profesores, solo fue una excusa, o más bien, una lamentable trampa que hizo frenar el famoso movimiento 'pingüino' del 2006. Finalmente, se logró un 'acuerdo histórico' entre las principales fuerzas políticas, alianza y concertación, con manos unidas y levantadas. Aquí tampoco se ve alguna participación de las organizaciones ya mencionadas. De hecho, el trámite del proyecto de ley fue bastante engorroso, con muchas indicaciones que por un momento hicieron tambalearlo, pero al final, después de hechos de represión de las cúpulas de los partidos de la concertación hacia los parlamentarios 'díscolos' (que incluyó la salida del senador Navarro de la comisión de educación por uno más 'manejable' que fue el sr. Núñez), no respetando la diversidad de opinión que los militantes de ciertos partidos pueden tener, ni el espacio para la libertad individual. Al final, el proyecto choca con su último obstáculo: la posibilidad de que un profesional no docente pueda impartir clases en su especialidad durante la enseñanza obligatoria, básica y media. Una vez que se zanja tal problema, aprobándose tal artículo, se aprueba la famosa ley, también a espaldas de los profesores, aumentando la deuda histórica con ellos, no solo en un tema económico, sino también profesional.

Otro tema legislativo y político es el proyecto de ley de reforma constitucional en el cual se reconoce la existencia de los pueblos originarios en la Constitución y no ya sólo en la ley indígena. Este acuerdo es al parecer a todas luces positivo para terminar de una vez por todas con la discriminación y con los años de abuso y robo de tierras, con la negación sistemática y progresiva de los derechos de los pueblos indígenas. Lamentablemente, este proyecto también ha sido hecho a espaldas de esos pueblos que pretende reconocer. En ninguna parte se consignan las demandas históricas del pueblo mapuche, por ejemplo, ni se reconoce la capacidad de autonomía que ellos como entidad colectiva diferenciada poseen acerca de sus propios intereses y temáticas. El día siete de abril de 2009 el proyecto fue votado para su aprobación, sin el consentimiento de los pueblos originarios y sus organizaciones representativas. Al contrario, cuenta con el absoluto rechazo de ellos.

Hasta aquí, he criticado la actitud y el espíritu en que se hacen estas leyes. No es el propósito de esta entrada criticar los pro y los contra de las leyes, no porque quiera ser neutral, sino porque quiero destacar el hecho de la construcción de la política y legislación nacional, la que se hace a espaldas de los ciudadanos y la población chilena en general.

Ahora quiero hacer referencia al suceso más inmediato y mediático de la política en relación con el tema. Este suceso es el símbolo y reflejo claro de la actitud oscura en que se desenvuelve la política y que provoca además el rechazo de un gran sector de la población hacia ella y hacia nuestros políticos. El suceso es conocido por todos: se trata del impasse entre el senador Escalona y, en general, el partido Radical. Se trata de aquella 'crítica política' hecha por la espalda del senador y ex pre candidato J. A. Gómez. Aquella crítica que causó tanto revuelo, por el elevado tono 'popular' (en palabras de Escalona) en que se profirió. Creo que todos estamos de acuerdo en que una crítica política no es nada malo, pero sin duda que las palabras 'populares' que usó Escalona quedan con mayor facilidad en la retina de la gente que una crítica política. Además, la polémica surge porque Gómez reconoce una fricción de palabras ofensivas, es decir, garabatos, dentro de la crítica. Escalona dice que no. ¿A quién debemos creerle? ¿A Escalona, que siempre anda con palabras ofensivas en su boca? ¿o a Gómez, quien a todas luces, se distingue como un caballero? Personalmente, le creo a este último. Pero más allá de que sea o no una crítica política, lo que molesta es que haya sido a espaldas. Uno por que no era el momento y dos, porque toda crítica se hace de frente, como personas humanas 'civilizadas', sociales y culturales que somos. La actitud de Escalona demuestra una vez más el estado de enfermedad generalizada en que está la política en general y la Concertación en especial. Es este el tipo de gente que nos representa, lamentablemente. La pregunta que queda por hacer es si es que hay gente mejor. Creo que si. Pero es nuestro deber levantar gente compromentida, honesta y respetuosa con la diferencia sobre todo, pero no por eso desapasionada con lo que cree. Gente que deje de hacer cosas por la espalda. Lo que hizo Escalona es uno de los puntos más visibles y ojalá el último que haga la concertación mientras está en el poder.

Señoras y Señores: dejemos también de hacer cosas por la espalda y comencemos a enfrentar lo que nos disgusta, a ser francos y honestos, pero de manera humana y no a oscuras.