domingo, 22 de mayo de 2011

REFLEXIONES DE UN 21 DE MAYO

Cero interés en la institucionalidad presidencial
Cero interés en la institucionalidad militar

el sábado 21 de mayo vivimos las distintas expresiones de una fecha tan simbólica para Chile. Una jornada llena de matices: desde el protocolo más acérrimo, hasta el piedrazo más violento, pasando por desnudos, carnavales, desfiles, chorros de aguas, divisiones, etc.

Estos párrafos describen una de las multitudinarias miradas que ayer se abrieron paso entre la contingencia política, cívica y militar que vivió el país.



Reflexiones de un 21 de mayo:

Hace mucho que ya dejé de asistir a los desfiles, tan tradicionales y típicos de Talcahuano, la segunda zona naval. Hace mucho que ya no oigo ninguna cuenta pública, aunque debo admitirlo, más por desidia que por alguna convicción política.

Pero este 2011 fue diferente. Las circunstancias me llevaron a vivirlo junto a miles de manifestantes: entre - cosa rara - militantes concertacionistas, organizaciones políticas varias, y organizaciones sociales en general - varias de las cuales, también armadas por la convicción de las circunstancias más que por otra cosa - en Concepción.

Nunca había ido a una marcha con tono de carnaval. Había mucho por qué protestar, y fue muy enriquecedor hacerlo así. Aún cuando marché junto a concertacionistas que no sé si antes habían marchado para un 21 de mayo. Pero las circunstancias de la marcha nos obligaron a agruparnos como organizaciones políticas, separados de las 'organizaciones sociales' articuladas en torno a la problemática de la reconstrucción, y con un tercer sector relativamente aparte, las 'marchas extras' con fines distintos: principalmente Hidroaysén (ambientalistas), y de apoyo a mapuche (grupos afines).

http://www.youtube.com/watch?v=OiMnUJ9ONgQ (Video de parte de esta marcha-carnaval)

Algunos critican el excesivo celo con el que las agrupaciones sociales intentan diferenciarse de las agrupaciones políticas o 'partidos'. Yo lo encuentro destacable en todas sus perspectivas. Los partidos políticos hace mucho que ya han perdido credibilidad entre aquella ciudadanía que está siempre al borde de la contingencia y la información. Aquella que se organiza para conseguir sus objetivos, ya que las estructuras políticas institucionales han colapsado en la mediocridad, la ambición y el mantenimiento del status quo en el que la sociedad se encuentra. Y está bien diferenciarse, el destacar que podemos concordar en una de las pocas manifestaciones públicas de protesta y participación que nuestros sistemas políticos occidentales nos permiten, pero que aún así, somos diferentes, en composición, articulación, ética y propósito. Aunque en concreto, tal vez seamos más similares de lo que queremos creer.

Particularmente, como miembro del Movimiento 'Partido Progresista, PRO' de la octava región, la diferenciación que queremos lograr también de otras instancias políticas similares en constitución, es similar. También nos molestó tener que ir junto a ellos, pero el carnaval iba allí, y eso aminoró nuestra molestia hasta casi anularla.

Con respecto a los actos de violencia - que entre las 12 y las 15 no existieron - y que fueron destacadas por casi todos los medios - incluyendo lamentablemente a la radio biobio - sólo diré que no los comparto, principalmente por una convicción política-ideológica: soy parte de aquellos que odia al sistema capitalista neoliberal, un sistema, entre muchas cosas, muy violento y antidemocrático. Es por eso, que creo que como opositor, debo responder con respeto y solidaridad, conteniendo el odio y la rabia. Un poco cursi, pero con frases cursis suelo siempre terminar mis reflexiones.

martes, 10 de mayo de 2011

¿Por qué estoy Contra Hidroaysén?

"... La decisión de aprobarlo, constituye una decisión política, y no técnica, como nos lo quieren hacer creer".

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‘No estoy en contra del progreso’, podría decir para empezar. Pero es un cliché. Y la verdad, es que si estoy en contra del progreso, al menos, entendido desde el capitalismo neoliberal: codicioso, arrogante, discriminatorio y conservador. Ese progreso es odioso y odiable, detestable y digno de ser rechazado por ciudadanos concientes e informados (aún con un poco de información).

No soy técnico. No conozco los detalles de la legislación ambiental ni los detalles técnicos del proyecto. Sólo conozco cosas simples: Endesa y Colbún, patrocinantes del proyecto, son 2 de las 3 grandes empresas que manejan gran cantidad del negocio energético. Los datos apuntan a que una vez concretado el proyecto, ambas empresas manejarán el 80% del negocio. Es decir, una práctica monopólica gigantesca.

Sé que Endesa controla el 96% de los derechos de aguas superficiales de la región de Aysén (¡Cómo es posible! ¿El agua chilena no es Chile entonces?). Allí, allí donde los glaciares y los hielos constituyen la gran reserva de agua de la humanidad.

Sé que el proyecto implica destruir gran cantidad de parajes naturales bellísimos de nuestra patagonia (la que no es monopolio de los ayseninos solamente: nos pertenece a TODOS y TODAS). Este párrafo es romántico y cliché, es cierto, pero aún así, hay que decirlo. Hay que decir, que las líneas de transmisión y las áreas de inundación, impactarán de una u otra manera en parques nacionales, santuarios de la naturaleza, nichos ecológicos y reservas naturales.

Por último, la aprobación de Hidroaysén reduce la necesidad de inversión en Tecnología para Energías Renovables No Convencionales. El Estado se excusará de invertir, considerando que los más de 2.000 Mega Watts que se pretenden inyectar al Sistema Interconectado Central, serán suficientes para la demanda de energía de los próximos 30 años, por lo menos.

Por lo tanto, había argumentos técnicos y económicos como para rechazar Hidroaysén. LA DECISIÓN DE APROBARLO, CONSTITUYE UNA DECISIÓN POLÍTICA, Y NO TÉCNICA, COMO NOS LO QUIEREN HACER CREER.