sábado, 23 de agosto de 2014

Quinta Carta abierta a Dios: la solución a tus problemas

QUINTA  CARTA ABIERTA A DIOS: la solución a tus problemas


Estimado Dios, si estás ahí, acá te tengo la solución a todos tus problemas en el planeta:

Mátanos... mátanos a todos...

lunes, 28 de julio de 2014

Carta abierta a (sin esperanza de que sea leída por) autoridades del Estado de Israel

Carta abierta a (sin esperanza de que sea leída por autoridades del Estado de Israel)

Quiero ser claro. Me afectan todas y cada una de las injusticias, abusos y atrocidades que ha vivido el pueblo judío a lo largo de su historia. Particularmente el periodo de la segunda guerra mundial y su brutal y violenta locura  en contra de los judíos, me provoca una serie de sensaciones a favor del pueblo judío (y en contra de los fanáticos nazis); ero también me asquean las actitudes, y miles de asesinatos que la iglesia católica y los feudos occidentales les provocaron durante la edad media a través de, por ejemplo, las cruzadas.

No hay nada que agregar en ese aspecto. Lo que han sufrido no se lo doy a nadie. 

Con la misma convicción, este escrito va en contra del Estado de Israel. Un grupo de estructuras y personas que a pesar de toda esa historia de violencia y abusos, han terminado cometiendo las mismas atrocidades, las mismas brutalidades y la misma violencia que han sufrido. 

Hoy, toda esa violencia que han cometido desde los años cincuenta del siglo pasado ha germinado en odio y violencia. Y la sangre que están derramando hoy, les pasará la cuenta mañana. Si los diplomáticos no encuentran las palabras para disuadir al Estado judío, quisiera sugerir estas: 

Hoy, ustedes como Estado-Nación tienen el poder para acabar con esto, de una u otra forma. Ya sea por medio de las armas y la fuerza, como lo han hecho muchos otros imperios coloniales (incluido el nazi) que han reprimido con violencia cualquier tipo de disidencia política en sus territorios. Pueden hacerlo así y ganarse con justicia la creciente antipatía mundial en contra suya.

O pueden hacerlo a través de una decisión política que involucre la integración del pueblo palestino y la posibilidad de autonomía territorial y política real. Una solución pacífica para aquellos habitantes que tienen las mismas raíces históricas en aquel histórico territorio y que tienen iguales derechos que los judíos. Pueden hacerlo así, y ganarse el respeto y respaldo total de la ciudadanía global que está harta de conflictos, asesinatos y locura sin sentido, llevados a cabo por fanatismos ciegos y brutales.

Queda pues en sus manos. Por favor, suelten las armas para tomar la solución.





domingo, 22 de junio de 2014

Defensa Pública a la Estupidez Chilensis

Defensa Pública a la Estupidez Chilensis





A través de este medio quisiera hacer pública la defensa hacia los poco agraciados compatriotas que invadieron el Maracaná, el pasado miércoles 18 de junio, con ocasión del partido de Chile contra España para el mundial de fútbol de Brasil.

La historia y sus consecuencias son conocidas. Conocida es la condena nacional e internacional que se ha generalizado en torno a 88 chilenos delincuentes, cuya vandálica pasión ha ensuciado la imagen de nuestro país. ¿Por qué simplemente no pueden atenerse a comportarse como europeos de primera línea, a sujetos acorde a su capacidad de consumo que les ha permitido llegar hasta las tierras de la samba y el fútbol? ¿Por qué tienen que dejarnos mal parados? ¿Por qué tienen que echarnos al agua a los demás, que hemos sabido aparentar todos nuestros traumas culturales ante los ojos del mundo?

Mucho se ha dicho sobre lo que merecen estos individuos connacionales. Y ya que todos compartimos la condena, me parece que también alguien debe hacer una defensa a la actitud y comportamiento de estos (mal llamados según algunos) hinchas.

De partida: ¿Qué ha influido tan profundamente en estos chilenos que los llevó a estar encerrados en un bus policíaco, con la grave amenaza de podrirse en el sistema carcelario brasileño, tanto o más colapsado que el nuestro? ¿La pasión? ¿Desesperación? ¿Falta de o mala Educación o Cultura? ¿Patriotismo? ¿Agallas? Nada de esto. O tal vez un poco de todo eso. Pero principalmente creo que es un factor que de verdad espero no sea genético: La Estupidez.

La estupidez es un rasgo humano. Está presente históricamente desde que el homo sapiens llegó a la categoría "superior" de 'ser humano'. No importa el alto grado de nuestra ciencia o conocimiento, de nuestra moralidad o solidaridad. La estupidez es propia, ineludible e inseparable de nuestras sociedades.

Pero mucho me llama la atención que en nuestra sociedad chilena esté tan pero tan generalizada y tan a flor de piel. Espero no ofender a mis compatriotas porque, como chileno también, me siento tan solidario y parte - casi complice - de este mismo rasgo.

En primer lugar, y partiendo por lo más básico: ¿ Cómo cresta se te ocurre ir a Brasil sabiendo que la posibilidad de entradas para ver un partido es tan ínfima, que llega a ser más factible sanar de un cáncer terminal?

Lo segundo, ¿Qué te hace pensar que pasarte por la raja el sistema de pago de entrada allá va a ser igual de fácil que no pagar el pasaje del transantiago acá? En este país, muchas conductas delictivas son muy fáciles de superar con éxito y sin mayores consecuencias: conducir ebrio, meter bombas de ruido a los estadios, contribuir a la reducción de objetos robados, vender alcohol o cigarros a menores de edad, destruir las calles y plazas y ventanales con cada marcha, abandonar perros en la calle, lucrar con la Educación, cobrar intereses exorbitantes de forma unilateral, tener malas remuneraciones y horribles condiciones de trabajo, coludirse en los precios de pasajes o fármacos, concentrar los medios de comunicación o la generación de la energía eléctrica o la administración de las pensiones, o la democracia misma, etc. Todas estas conductas delictivas, o casi delictivas, no tienen mayor sanción ni legal ni social: Pero esto NO SIGNIFICA que en otros países sea igual.

Tercero: ¿Qué te hace pensar que la FIFA es distinta a la ANFP? Es cierto, la ANFP ha privatizado al fútbol chileno, con su mierda de canal CDF, sus precios de entrada a eventos deportivos excesivamente caros, y sus sistemas de torneo ultra pencas. Cada una de estas "innovaciones" ha sido aceptada por todos nosotros, pero lo que es peor: ha sido legitimada por nuestra estupidez al comprar la cajita, la conexión y pagando la 'nueva forma de ver el fútbol', como si fuera el manjar de nivel que se muestra los fines de semana, transformando también al deporte rey en un negocio lucrativo.

Y bueno, la Fifa por su parte no es igual a la ANFP. ES INFINÍTAMENTE PEOR... ¿Creíste hincha chileno que te iba a tener consideración a ti, maldito sudaca? Definitivamente eres más estúpido de lo que pensaba.

A todos esos hinchas, a los 88, les digo: debieron haberse quedado a ver el mundial acá en Chile. Acá nos salimos con la nuestra: quemamos buses, le pegamos a los chóferes, ensuciamos las plazas con papeles, vasos plásticos, botellas de vidrio, orina, fecas y semen. La hicimos toda - otra vez.

Es que sólo acá, sólo entre nosotros comprendemos y aceptamos la estupidez. Es nuestro mal y nadie lo sabe. Yo sospecho que está en nuestro adn, pero no he hecho ninguna investigación científica para confirmarlo. Sólo constato lo observado: somos muy estúpidos por vivir en este país y aceptar todas las huevadas que hacemos. Es nuestro mal social, nuestro trauma cultural. Es de todos, no únicamente de ustedes. Lo hemos creado y legitimado. Desde hace ya unos 40 años, en donde nos acostumbramos a resolverlo todo con golpes, con violencia, con represión, con lucha, con neumáticos quemados, con amenazas, con dinero, con trampillas, con triquiñuelas y vacíos legales, con capuchas, etc..

Y bueno, para ocultarlo, tuvimos que apuntarlos con el dedo, ya saben, hay que aparentar un poco. Vuelvan pronto, se les extraña, siempre nos hacen falta estúpidos como ustedes. Nunca somos ni seremos suficientes estúpidos en este país.



miércoles, 14 de mayo de 2014

La cultura como factor en la práctica del aborto

La cultura como factor en la práctica del aborto

El día 13 de mayo nos sorprendió la noticia de la adolescente de 17 años que realizó un aborto clandestino con graves consecuencias médicas para ella. Un empuje a escribir mi posición sobre el aborto.

http://www.biobiochile.cl/2014/05/12/con-riesgo-vital-permanece-una-menor-de-17-anos-a-raiz-de-un-aborto-en-la-reina.shtml

Sin embargo, debo decir que hace tiempo ya quería escribir sobre esto, y un detonante fuerte, fue haber escuchado la entrevista al grupo Acción Familia en la radio. Acá el link de esa entrevista: 

http://www.accionfamilia.org/temas-polemicos/aborto/entrevista-accion-familia-responde-cuestiones-sobre-el-aborto/

Esta perspectiva es la base del siguiente escrito.

Mi contexto:

Debo decir además, que he sido criado en una familia de orígenes evangélicos. Por mucho tiempo me sentí muy cristiano, adoptando las posturas, pensamientos, discursos de la fe y valores, muchos de los cuales son similares al grupo Acción Familia. Incluso durante cuatro de los cinco años de universidad, participé activamente en el grupo evangélico universitario Águilas. Por lo tanto, comprendo desde dónde se posiciona Acción Familia, y la población cristiana en general, y respeto aún esa posición, puesto que mis padres aún adscriben a ella.

De hecho, pese a que mi vida, pensamiento, práctica y discurso ha cambiado de manera sustancial, siento que aún muchas veces sigo con ciertas ataduras de pensamiento y prejuicio sobre ciertas materias, como por ejemplo, el aborto.

Y, para ser sincero, pienso aún que el aborto es una práctica de muerte o asesinato, o como quieran llamarlo. Sin embargo, mi posición se ha relativizado por las razones que daré a continuación.

¿Aborto sí?

El aborto como práctica cultural/social/médica, es histórica, entremezclada con la figura del infanticidio, la muerte de los recién nacidos. Como buen ex-cristiano, aún recuerdo las grandes matanzas de niños (abortos + infanticidios) que buscaban acabar con los futuros salvadores Moisés y Jesús. En la actualidad, muchos países han legislado al respecto, y muchos otros no, entre ellos Chile, el cual penaliza esta práctica con años cárcel (como mínimo, una persona podría estar poco menos de año y medio en la cárcel). Si bien existe la interpretación de salvar la vida de una madre embarazada aún cuando el tratamiento conduzca a la muerte del feto, no existe claridad suficiente en la ley.

Concuerdo con los cristianos que están en contra del aborto: La vida es sagrada y hay que defenderla y cuidarla. Este es un valor que se comparte casi universalmente, por muchas religiones e incluso agnósticos y ateos, diría yo, comparten esa visión. Sin embargo eso no es suficiente, ya que día a día, miles y millones son asesinados por diversas razones y a través de diversos medios. La muerte es una realidad de la vida, inevitable; obviamente, no es lo mismo morir de anciano, por enfermedad, por un balazo, o abortado. Y si bien la práctica de asesinar es penada y condenada en todos lados donde hay un código penal, hay algunas excepciones y situaciones que vale la pena considerar. 

Ejemplo 1: los fanatismos radicales que concluyen en kamikazes. Los japoneses u orientales que honraban a otros (la familia, la nación) a través de su muerte, o los musulmanes suicidas que creen que sirven a Dios inmolándose por su causa, confiando en eternas recompensas por ello. Ahí no hay accidente ni enfermedad: hay una manipulación cultural en la conciencia particular del kamikaze.

Ejemplo 2: Los fanatismos de santidad. Desconozco si aún se llevan a cabo, pero en la Biblia hay abundante ejemplos que dejan ver que la legislación de la época permitía asesinar a otros si se constataba algún pecado grave. Por supuesto que los judíos no eran los únicos que lo hacían, no me tomen por antisemita, no lo soy. De hecho, árabes e hidúes también han practicado lo mismo, cuando la mujer es "sorprendida en adulterio", o cuando hay sacrilegios al matar una vaca.

Ejemplo 3: La pena de muerte moderna se practica en países como Estados Unidos, en varios estados. Ahí se mata a criminales tanto como en el caso anterior; la diferencia es que el juicio moderno incluye un "debido proceso" y la vía de muerte se ha vuelto un poco más humanitario. Sigue siendo muerte, y sigue siendo asesinato.

Ejemplo 4: La guerra. El caso extremo, que en nombre de la patria, la familia, la causa, etc., permite una nueva manipulación cultural que induce al asesinato masivo del enemigo. Acá caben hechos como las guerras mundiales, la guerra del pacífico, las dictaduras, guerra de guerrillas, guerras de independencia, etc., e involucra a esos "complices pasivos": los financistas, los propagadores, los que defienden la causa, etc.

Ejemplo 5: Este seguramente no les gustará a Acción Familia. Es histórico que el catolicismo se fundó en la buena intención de la salvación universal del ser humano, pero que costó grandes cantidades de sangre. La inquisición y las cruzadas dejaron como mínimo millones de muertes. Todos asesinados por ser infieles, apóstatas, brujas, u otra cosa. Cuantos de esos millones de asesinados eran criminales, y cuántos eran inocentes, cuántos eran verdaderos cristianos (más que esos católicos que los mataron), no lo sabemos. Pero en realidad no importa. La vida es sagrada y cualquier asesinato, no importa la justificación, es un crimen. 

(Algunos piensan que esa situación invalida a la Iglesia de hacer algún reclamo, pero yo no voy tan lejos, sólo me interesa que haya al menos un reconocimiento de esto; de lo contrario, podríamos considerar a los católicos de ahora como "complices pasivos").

La condición "natural" del hombre

Una de las razones de los grupos contrarios al aborto es esgrimir que la ley moral y la ley natural del ser humano es completamente contraria a la práctica del aborto. Este argumento es contradictorio, puesto que intenta establecer que el ser humano es un ser propio de la naturaleza y que la naturaleza NO realiza abortos (al menos como regla general). Es obvio que las especies (todas) están en una constante lucha por la sobrevivencia por lo que no abortan. Sin embargo, ese argumento niega que el ser humano no es completamente una especie natural: Es a la vez, como ninguna otra especie, un SER CULTURAL. Incluso ellos lo afirman cuando esgrimen la llamada "ley moral": qué otra cosa puede ser la moral, más que un código cultural de conducta social. 

La cultura hace al hombre. Como antropólogo, para mí eso es básico. La cultura ha permitido que el ser humano se alce como la joya de la creación del Señor, impulsándolo a clasificar el mundo y tratar de ordenarlo. A eso se refiere que el ser humano distinga el bien del mal: el animal que es capaz de clasificar, ordenar y justificar su actuar sobre la tierra.

Nada escapa a esa condición. Ni siquiera la muerte. La esperanza de la vida después de la vida, o de por qué debemos matar a otros en determinadas circunstancias, es parte de las diversas variantes que la diversidad cultural permite a los humanos. 

El catolicismo justificó el asesinato de millones basándose en la fe, la salvación o la santidad. Los nazis justificaron los asesinatos basándose en teorías de raza y superioridad. Los kamikazes se matan y matan por su nación, su patria. La dictadura pinochetista y sus defensores creían que el asesinato de opositores era por el bien de la patria. Los estados que justifican la pena capital lo hacen basándose en prácticas históricas y como forma de reprimir la criminalidad. Los estados que legislan sobre el aborto lo hacen en base a controlar la natalidad o alegando razones de salud pública.  

Toda vez que hablamos de justificaciones, excepciones, razones, teorías, etc., hablamos de cómo la cultura permite normar la conducta humana. EL SER HUMANO ES NATURALMENTE CULTURAL.

La conclusión

El asesinato de fetos o embriones es posible, dependiendo de las razones que podamos esgrimir, por lo que no necesariamente afectan la llamada "ley moral", ya que la cultura es susceptible de ser cambiada dependiendo del contexto social en donde se inserta. En este sentido, cuando la discusión es a nivel país, no hay que negar, soslayar o quitarle valor a ninguna razón ni a ninguna ideología, sea esta marxista, nazi, católica o neoliberal. Lo importante es que esas razones sean compartidas, atendidas y suficientemente aceptadas por, al menos, la gran mayoría. 

Cabe mencionar que yo no soy un defensor del aborto. Si creo que es necesario abordar el tema y legislar, "justificar" democráticamente, ciertas excepciones al aborto. En mi caso, defiendo la necesidad de contar con abortos seguros e informados en los casos "terapéuticos": ante violación, inviabilidad o muerte del feto durante la gestación, o en caso de riesgo de muerte para la madre. Creo que existen varias razones para justificar esta práctica:

1. El estado como ente orgánico no es igual a ningún Dios. Ni Cristo, ni Alá, ni Zeus pueden ni deben ser identificados como ese ente orgánico. Por tanto, hay que asegurar la representatividad de todos los ciudadanos que reconoce como suyos a través de las políticas públicas y leyes. 

Los grupos contrarios al aborto deberían enfocar sus esfuerzos en convencer a las mujeres embarazadas a no abortar, en vez de enforcarse en que no haya ley de aborto. Un estado serio debe asegurar condiciones mínimas de salud y de decisión a todos sus ciudadanos.

2. No hay razón que justifique nueve meses de embarazo si el feto morirá al nacer por un problema de salud o si está muerto antes de nacer.
3. Nadie debería criar a un bebé que le recuerde a su madre que fue violada.
4. Si yo fuese feto y supiera que mi nacimiento o gestación está poniendo en riesgo la vida de mi madre, aceptaría un aborto.
5. Se dice que la clase alta de este país accede a abortos clandestinos pero seguros en clínicas privadas o que viajan a otros países. De ser así, es una injusticia horrenda con los pobres o clases medias. Acción Familia debería solicitar que se hagan leyes que regulen todo tipo de intervenciones en tales clínicas privadas que suelen permitir un aborto (apendicitis, tumores benignos intrauterinos, etc.).


Nota: por salud mental y porque creo que esto es un debate serio, me abstuve de poner las típicas imágenes de abortos, marchas y asesinatos varios. 


lunes, 12 de mayo de 2014

La Sexualización del Lenguaje y la Hegemonía machista



La Sexualizacion del Lenguaje y la Hegemonía machista

Esta entrada tiene dos tópicos. Uno, refiere a la terminología utilizada para referirse a múltiples ítemes de conversación y qucuyo origen (de la terminología) esta basado en referencias genitales (como el 'pico', la 'raja', u otras referidas al coito). El segundo, es una discusión de género y hegemonía cultural que se reproduce a través del lenguaje en general y a través de la sexualización del lenguaje en especial.

Como se sabe, el lenguaje de un pueblo no sólo es un instrumento de comunicación, sino que un cúmulo de cultura, significación, transmisión y reproducción sociocultural. Por tanto, no hablo sólo de un proceso de metaforización desde el sexo o los genitales hacia la vida social, sino de un proceso de profundización del modelo falocéntrico, machista y hasta ahora dominante en la sociedad occidental (al menos).

I. Terminología

Quién no ha oído las frases "cabro culiao", "toy pal pico", "mala/media raja", "pico conchetumadre", etc. Todas, frases relacionadas con el sexo pero referidas a múltiples situaciones y contextos sociales. De aquí se desprenden puntos como temática de conversación y contextualidad.


En términos de cantidad de temas abordados por todos los estratos etarios (desde los niños, la juventud, adultos y mayores), aunque especialmente por la juventud "popular" (que es el estrato que más conozco), me da la impresión que  aquello que se refiere a la sexualidad parece sobreabundar en sus conversaciones, por sobre cualquier otro tema. 

El punto que me parece más interesante, es la contextualidad de este tipo de lenguaje. Me refiero a que en sí mismas, como signos aislados, tienden a reconocerse o representarse como insultos. No obstante, dependiendo del tipo de relación que exista en los interlocutores, estos pueden convertirse en formas de expresar sorpresa, satisfacción, ironía y humor, admiración, negación, etc. Obviamente, en determinadas circunstancias, tales expresiones resultan en insultos provocadores muy violentos. La palabra más usada es la categoría "culeado" (culiao, para que se entienda), que proviene del verbo culear, es decir, realizar el acto sexual. Pero la connotación es más bien negativa, e indica que el sujeto "culeado" es el sujeto pasivo que recibe el miembro masculino a través de la penetración, que en la práctica lo transforma de sujeto en objeto.

Sin embargo, pese a esa connotación más bien negativo, he oído la frase para indicar sorpresa (oh, culiao, la media huevá); admiración e incluso como sinónimo de genialidad (oh, las zapatillas culiás bacanes). Es un adjetivo ambiguo, pues también indica inutilidad (puta el computador culiao, ya se quedó pegado). En definitiva, es una palabra de gran carga emocional pero de alguna manera neutra, que se nutre del carácter de la situación que el emisor vive. Misma situación pasa con la palabra "raja" o "huevón" y con casi todos los llamados garabatos. En sí mismas, cada una expresa una gran liberación de energía social, la cual toma su violencia gracias al carácter de tabú que cada una de ellas tiene. 

II. La sexualización y la hegemonía

Pese a que resulta obvio, hay que destacar que en este tipo de lenguaje domina la conceptualización del genital masculino como categoría organizadora de las metáforas. La mayoría de estas nociones implican la penetración, en especial, en uno de los garabatos más comunes y con mayor cantidad de articulaciones, tal como "cualio". Como mencioné anteriormente, la palabra más usada en sus distintas variantes, parece ser la categoría "culeado", que refiere directamente a la realización del acto sexual. La connotación indica a dos sujetos, un sujeto penetrador y al sujeto "culeado", el cual es el sujeto pasivo que recibe el miembro masculino a través de la penetración, que en la práctica lo transforma de sujeto en objeto.

La transformación de las personas en objetos es típica de, al menos, esta sociedad occidental. La vida se ha mercantilizado, las personas y los derechos más básicos están sujetos a valores económicos transables y no es inusual conocer casos en que terminamos siendo objetos del capital, mercancías y hasta obstáculos en el desarrollo y el progreso. El caso más dramático se visualiza en la violencia de género, fenómeno a través del cual nuestros cuerpos se transforman, ya sea en el pene o en el objeto donde ese pene se puede introducir. Lo peor es que se asume - de manera inconciente quizá - que ser el objeto pasivo que recibe al pene "merece estar" o peor aún "naturalmente está" en una situación de inferioridad social, consagrando a la mujer (y al homosexual y al transgénero) a un estado de dominación social-político-cultural-económico.

III. Conclusión.

Me da la impresión que nuestra sociedad no sólo padece de un machismo crónico, sino de un severo problema de pervertidismo. Las relaciones entre géneros distintos, entre hombres y mujeres, son en general mediadas por la posibilidad sexual. El frenesí por el placer, quizá en algún tiempo sinónimo de rebeldía y de un carácter contestatario a la sociedad puritana, se ha convertido en un hábito que ha permitido profundizar fenómenos (y realidades) como la sexualización del lenguaje, la hegemonía machista, o la pornografización de las relaciones humanas entre géneros. 



sábado, 22 de marzo de 2014

Preguntas sobre Venezuela que no me puedo responder.

Preguntas sobre Venezuela que no me puedo responder.


Después de tanto tiempo de "crisis" y de situaciones y hechos lamentables ocurridos en el último tiempo en Venezuela, debo darme un tiempo para reflexionar acerca de mi propia posición como ciudadano crítico y consciente del mundo y de esta Latinoamérica. Es una ocasión de prospección y auto exploración, una oportunidad para la reflexión, para la crítica y la autocrítica.

No soy de los que esconden sus propias posiciones, sino que suelo moderar mi discurso porque tal como diría Descartes, pienso, y luego existo. Ante todo, me declaro un militante de izquierda comprometido con luchas históricas y luchas contingentes, parte de un momento histórico complejo atravesado por la globalización y la occidentalización del planeta. Una izquierda quizás no-clásica que avanza y crece en búsqueda de una democracia participativa, solidaria y responsable. Activista en la vida, (mucho por facebook), pero en plena construcción de una ética idealista y revolucionaria que permita transformar no-el-mundo, pero si al menos mi propio contexto micro local.

Primera pregunta:

Tras esto, debo decir que a Venezuela la considero un referente de izquierda; cómo no, pero no es el modelo que me gustaría se aplicara al menos en Chile ni en el resto de América. No me agrada la forma en que se intenta llegar al fondo. Las luchas sociales contra los sistemas conservadores, contra la supremacía de terratenientes y hacendados es la misma allá que acá. La búsqueda de una sociedad más justa y solidaria no me es ajena. Pero en política, como es obvio, las formas son importantes. Ya pasaron los tiempo maquiavélicos en donde el fin justifica los medios, puesto que en el contexto de una ciudadanía más conciente y plena de derechos, con sistemas de información que permiten un mayor control social a la actividad pública, se hace imposible no reconocer los errores, los vicios, las violaciones a los derechos humanos (por pequeñas que sean), la falta de ética humana y de pensamiento plural y democrático en el ejercicio del poder político.

Ahora bien, la primera pregunta que no me puedo responder con Venezuela es: ¿Debo defender a ultranza a la Venezuela Bolivariana, por compartir un espacio político común? Si extrapolo la pregunta de manera Socratiana, podría preguntar entonces: ¿Debo defender si o si a un chileno, haga lo que haga, sólo porque es chileno? ¿Debo defender sin cuestionar a un hombre equis sólo porque comparte el género masculino como yo? La respuesta parece obvia si se pone de ese modo, pero la gran polarización de la política actual, complejiza la respuesta. Ningún 'pero' puede ser dicho sin ser considerado un lacayo lamebotas de la oposición a los bolivarianos. Debido a esto, la indefinición suele llenar la respuesta a la pregunta sobre el apoyo al gobierno de Maduro.

Segunda pregunta

Esta reflexión me lleva a otra pregunta sin respuesta. La polarización que estamos viviendo parece muy típica de la guerra fría. Ahora todo aquel que no es parte de un-lado, es del-otro: sin ningún tipo de consideración somos etiquetados por nuestras prácticas, nuestras palabras, nuestro pensamiento. No es un hábito que pueda decir que no he cometido: a diestra y siniestra yo también he calificado a muchas personas de muchas cosas: fascistas, momios, pacos culiados, malditos burgueses, violentistas, etc.

Que yo sepa, la muralla de Berlín cayó aproximadamente cuando yo nací, unos 25 años atrás. El llamado "triunfo del capitalismo" sobre el comunismo soviético, acabó con la cortina de hierro y la maldita dualidad cerrada 'comunista-capitalista'. La maldición de ser catalogado como uno u otro por señales superficiales, supuestamente, acabó allí.

Pero no. Resulta obvio que los cambios políticos, hechos y trayectorias históricas no devienen en cambios culturales inmediatos. Ya a 25 años, cuesta sacudirse de la costumbre, del pensamiento simplista de la catalogación dual. Cuesta no enseñársela a las nuevas generaciones, completamente herederas de esa maldición, las cuales tampoco hacen mucho por liberarse de ella. Sin embargo, debo preguntarme ¿Es esta práctica tan extendida, la más útil y legítima para poder ordenar el mundo, la vorágine social que hay en esta aldea global? Sabemos que lo legítimo se desprende de posiciones hegemónicas de ciertos grupos y/o culturas. Actualmente, la sociedad occidental, con todos sus logros y todas sus trabas, sesgos y traumas intelectuales, ostenta la posición hegemónica que baña nuestras mentes y muchas de nuestras conductas y costumbres. Mi pregunta, no obstante, va más allá de la contingencia histórica del último siglo. ¿Es de verdad útil esa forma de pensar? ¿Es la mejor? ¿Podríamos intentar una forma de comprehender el mundo distinta? ¿Cuál? Yo tengo algunas ideas, tal vez que muchos comparten, pero ¿Cómo extenderla? ¿Imponerla? Y en caso de extenderla e imponerla, ¿Sería más adecuada que la anterior?

Tercera Pregunta

¿Existe el derecho a disentir y a no gustarnos algo? Supongo que sí. Más allá de mi conducta: si esta es honesta o deshonesta, si es leal, o hipócrita, o si tiendo al robo, o si soy o no coherente, o si fuera libertino, o aburrido, o el más chistoso, o criminal o víctima o culpable de algo; si soy de izquierda o derecha, fascista o demócrata. Hay ciertos derechos que son inseparables de los seres humanos y que no se pueden quitar con sentencias judiciales ni por ser de determinada corriente política. Si no te gusta el gobierno de turno, o la decisión de la mayoría, o la decisión de ese gobierno no hay nada que hacer para hacerte cambiar de idea. 

En Venezuela puede resultar obvia la intervención extranjera con recursos o armas o estrategias de 'resistencia' frente al gobierno o políticas actuales. Es obvio que la violencia es un arma que están utilizando opositores y quienes apoyan al gobierno,  y que quienes más reniegan de las políticas gubernamentales son aquellos que otrora, eran las máximas cabezas de la élite que gobernaba el país con escasa vocación social. Son así también innegables los triunfos sociales del 'chavismo', los que desde mi posición celebro. ¿Deben ser compartidos y celebrados por todos? ¿No es legítimo que haya personas que puedan y quieran disentir y quejarse por esos 'logros', independientemente si son fascistas, anarquistas o moderados? ¿Es que tener determinada conducta política bloquea tu derecho a no gustarte tal o cual política? ¿Es que usar la violencia, o aprovechar la intromisión extranjera, bloquea ese derecho? En este sentido también me pregunto ¿Es que haber ganado una elección te da el poder para negar o invisibilizar a quienes disienten contigo, que ganaste? y también me pregunto ¿Es que tu derecho a disentir y a quejarte, te da el derecho a ejercer violencia a quienes no disienten ni se quejan como tú? ¿Son las ideas y los argumentos, son el ejercicio de la democracia y la justicia, los ejes para una convivencia pacífica? ¿Según quiénes?

La pregunta final

Todas estas preguntas parecen tener obvias respuestas, pero lo que en verdad quiero asaltar, es el ejercicio hegemónico que solemos realizar flanqueado siempre con los conceptos del capitalismo patriarcal, al cual la izquierda suele criticar. De hecho, el concepto actual al cual generalmente adherimos como 'izquierda, centro, derecha', se desprenden íntimamente de esa dinámica. Todas las 'obvias respuestas' se someten al ejercicio de la hegemonía imperante, siendo por tanto obviamente contingentes, y obviamente relacionadas con el mismo sistema.

Pero esta crítica, ¿sirve en definitiva para algo? ¿a dónde lleva? ¿puede o debe ser de utilidad en la búsqueda de un nuevo mundo? ¿debo buscar un nuevo sistema? ¿Cómo crearlo? ¿Cómo extenderlo?

Las preguntas hechas sobre la situación venezolana emergen dentro de la inquietud por esta crítica al capitalismo patriarcal. La política no es un área aislada del sistema, y quienes estamos por transformar ese sistema, a través de la política, no deberíamos separar esas aguas, puesto que, por ejemplificar, también está contaminada por el veneno del patriarcado neoliberal.





lunes, 10 de febrero de 2014

A La Haya nuestro narcisismo


Si el fallo de la corte en La Haya ha sido ajustado a derecho o no, yo no lo sé. Pienso que actuó en base a la buena fe, es imposible creer y argumentar sobre un complot en contra de Chile.

La verdad es que el derecho y los juicios, las pruebas, réplicas, dúplicas, etc., representan instancias y conocimientos que a los ciudadanos normales, ajenos a todo este vocabulario, poco importan, poco atraen y poco se entienden. Por tanto, las lecturas que se hacen del fallo no sólo deben ser a nivel de discusión económica, política, imagen diplomática, etc., sino también hay que hacer una lectura autocrítica, tal vez moral, de lo que ha pasado.

Me refiero al golpe a la soberbia, la que nos ha crecido en el espíritu patrio por el continuo desprecio hacia nuestros vecinos del norte. El seudo orgullo nacional que sentimos y que crece entre fascistas y masas poco críticas tras el fallo, emerge por razones históricas concretas.

Para nadie es un misterio que Chile no es un país
que destaque siempre, ni que esté continuamente
en primera línea del éxito en cualquier ámbito.
Pero tampoco podemos decir que estamos en el
top ten de lo peor de las naciones del mundo.
Así, desde la línea de la mediocridad solemos mirar
por encima del hombro al tercer mundo que creemos
no nos supera, lo cual suaviza en parte nuestros
propios fracasos.


Dos guerras ganadas en el siglo diecinueve que alimentaron 
el nacionalismo patriota, un crecimiento económico 
neoliberal noventero mediáticamente superior al 
capitalismo terrateniente practicado hasta hace unas 
décadas en Perú y Bolivia, y hasta un
par de mínimos triunfos deportivos, nos hacen creer que somos 
superiores a nuestros vecinos, que esos triunfos nos 
dan derecho a despreciarlos y atribuirles un 
status valórico menor al que tenemos. 

En este sentido, me parece que el fallo fue muy amable con Chile, y no hizo justicia a la histórica mala conducta que yo y mis conciudadanos chilenos hemos sostenido y construido en torno a la relación con peruanos y bolivianos. La caricatura que se hace del indígena aymará o quichua nos muestra sólo nuestros propios odios y prejuicios sobre los pueblos indígenas latinoamericanos, que por cierto, también habitan el Chile que con tanta pasión defienden los seudo patriotas.

La pérdida de soberanía:

Vino Perú con una demanda. Hemos visto lo que pasó. Ahora viene Bolivia y el discurso es el mismo: "no hay nada que hablar". Otro juicio en la Haya y no nos damos cuenta que nuestro narcisismo, la estúpida soberbia basada en prejuicios (y eventualmente algunos hechos menores) es la peor de nuestras mediocridades y fracasos.

Habiendo tantos hechos que han atentado contra nuestra soberanía y nuestros derechos como ciudadanos chilenos, nos arde en el alma el tener que haber cedido 'gratuitamente' a 'seres inferiores' un poco de mar. Estoy seguro que a los neoliberales les dolió haber cedido terreno (mar en este caso) sin haber hecho negocio con él. Se han entregado casi todos los recursos naturales a empresas transnacionales y somos pocos los que nos quejamos con pasión contra quienes lo hacen y contra los poco concientes ciudadanos chilenos. 
 
No es la única perdida y, si seguimos con este tipo de administradores en el Estado y la actitud poco comprometida, poco crítica, poco conciente de nuestros conciudadanos, no será la última.