miércoles, 14 de mayo de 2014

La cultura como factor en la práctica del aborto

La cultura como factor en la práctica del aborto

El día 13 de mayo nos sorprendió la noticia de la adolescente de 17 años que realizó un aborto clandestino con graves consecuencias médicas para ella. Un empuje a escribir mi posición sobre el aborto.

http://www.biobiochile.cl/2014/05/12/con-riesgo-vital-permanece-una-menor-de-17-anos-a-raiz-de-un-aborto-en-la-reina.shtml

Sin embargo, debo decir que hace tiempo ya quería escribir sobre esto, y un detonante fuerte, fue haber escuchado la entrevista al grupo Acción Familia en la radio. Acá el link de esa entrevista: 

http://www.accionfamilia.org/temas-polemicos/aborto/entrevista-accion-familia-responde-cuestiones-sobre-el-aborto/

Esta perspectiva es la base del siguiente escrito.

Mi contexto:

Debo decir además, que he sido criado en una familia de orígenes evangélicos. Por mucho tiempo me sentí muy cristiano, adoptando las posturas, pensamientos, discursos de la fe y valores, muchos de los cuales son similares al grupo Acción Familia. Incluso durante cuatro de los cinco años de universidad, participé activamente en el grupo evangélico universitario Águilas. Por lo tanto, comprendo desde dónde se posiciona Acción Familia, y la población cristiana en general, y respeto aún esa posición, puesto que mis padres aún adscriben a ella.

De hecho, pese a que mi vida, pensamiento, práctica y discurso ha cambiado de manera sustancial, siento que aún muchas veces sigo con ciertas ataduras de pensamiento y prejuicio sobre ciertas materias, como por ejemplo, el aborto.

Y, para ser sincero, pienso aún que el aborto es una práctica de muerte o asesinato, o como quieran llamarlo. Sin embargo, mi posición se ha relativizado por las razones que daré a continuación.

¿Aborto sí?

El aborto como práctica cultural/social/médica, es histórica, entremezclada con la figura del infanticidio, la muerte de los recién nacidos. Como buen ex-cristiano, aún recuerdo las grandes matanzas de niños (abortos + infanticidios) que buscaban acabar con los futuros salvadores Moisés y Jesús. En la actualidad, muchos países han legislado al respecto, y muchos otros no, entre ellos Chile, el cual penaliza esta práctica con años cárcel (como mínimo, una persona podría estar poco menos de año y medio en la cárcel). Si bien existe la interpretación de salvar la vida de una madre embarazada aún cuando el tratamiento conduzca a la muerte del feto, no existe claridad suficiente en la ley.

Concuerdo con los cristianos que están en contra del aborto: La vida es sagrada y hay que defenderla y cuidarla. Este es un valor que se comparte casi universalmente, por muchas religiones e incluso agnósticos y ateos, diría yo, comparten esa visión. Sin embargo eso no es suficiente, ya que día a día, miles y millones son asesinados por diversas razones y a través de diversos medios. La muerte es una realidad de la vida, inevitable; obviamente, no es lo mismo morir de anciano, por enfermedad, por un balazo, o abortado. Y si bien la práctica de asesinar es penada y condenada en todos lados donde hay un código penal, hay algunas excepciones y situaciones que vale la pena considerar. 

Ejemplo 1: los fanatismos radicales que concluyen en kamikazes. Los japoneses u orientales que honraban a otros (la familia, la nación) a través de su muerte, o los musulmanes suicidas que creen que sirven a Dios inmolándose por su causa, confiando en eternas recompensas por ello. Ahí no hay accidente ni enfermedad: hay una manipulación cultural en la conciencia particular del kamikaze.

Ejemplo 2: Los fanatismos de santidad. Desconozco si aún se llevan a cabo, pero en la Biblia hay abundante ejemplos que dejan ver que la legislación de la época permitía asesinar a otros si se constataba algún pecado grave. Por supuesto que los judíos no eran los únicos que lo hacían, no me tomen por antisemita, no lo soy. De hecho, árabes e hidúes también han practicado lo mismo, cuando la mujer es "sorprendida en adulterio", o cuando hay sacrilegios al matar una vaca.

Ejemplo 3: La pena de muerte moderna se practica en países como Estados Unidos, en varios estados. Ahí se mata a criminales tanto como en el caso anterior; la diferencia es que el juicio moderno incluye un "debido proceso" y la vía de muerte se ha vuelto un poco más humanitario. Sigue siendo muerte, y sigue siendo asesinato.

Ejemplo 4: La guerra. El caso extremo, que en nombre de la patria, la familia, la causa, etc., permite una nueva manipulación cultural que induce al asesinato masivo del enemigo. Acá caben hechos como las guerras mundiales, la guerra del pacífico, las dictaduras, guerra de guerrillas, guerras de independencia, etc., e involucra a esos "complices pasivos": los financistas, los propagadores, los que defienden la causa, etc.

Ejemplo 5: Este seguramente no les gustará a Acción Familia. Es histórico que el catolicismo se fundó en la buena intención de la salvación universal del ser humano, pero que costó grandes cantidades de sangre. La inquisición y las cruzadas dejaron como mínimo millones de muertes. Todos asesinados por ser infieles, apóstatas, brujas, u otra cosa. Cuantos de esos millones de asesinados eran criminales, y cuántos eran inocentes, cuántos eran verdaderos cristianos (más que esos católicos que los mataron), no lo sabemos. Pero en realidad no importa. La vida es sagrada y cualquier asesinato, no importa la justificación, es un crimen. 

(Algunos piensan que esa situación invalida a la Iglesia de hacer algún reclamo, pero yo no voy tan lejos, sólo me interesa que haya al menos un reconocimiento de esto; de lo contrario, podríamos considerar a los católicos de ahora como "complices pasivos").

La condición "natural" del hombre

Una de las razones de los grupos contrarios al aborto es esgrimir que la ley moral y la ley natural del ser humano es completamente contraria a la práctica del aborto. Este argumento es contradictorio, puesto que intenta establecer que el ser humano es un ser propio de la naturaleza y que la naturaleza NO realiza abortos (al menos como regla general). Es obvio que las especies (todas) están en una constante lucha por la sobrevivencia por lo que no abortan. Sin embargo, ese argumento niega que el ser humano no es completamente una especie natural: Es a la vez, como ninguna otra especie, un SER CULTURAL. Incluso ellos lo afirman cuando esgrimen la llamada "ley moral": qué otra cosa puede ser la moral, más que un código cultural de conducta social. 

La cultura hace al hombre. Como antropólogo, para mí eso es básico. La cultura ha permitido que el ser humano se alce como la joya de la creación del Señor, impulsándolo a clasificar el mundo y tratar de ordenarlo. A eso se refiere que el ser humano distinga el bien del mal: el animal que es capaz de clasificar, ordenar y justificar su actuar sobre la tierra.

Nada escapa a esa condición. Ni siquiera la muerte. La esperanza de la vida después de la vida, o de por qué debemos matar a otros en determinadas circunstancias, es parte de las diversas variantes que la diversidad cultural permite a los humanos. 

El catolicismo justificó el asesinato de millones basándose en la fe, la salvación o la santidad. Los nazis justificaron los asesinatos basándose en teorías de raza y superioridad. Los kamikazes se matan y matan por su nación, su patria. La dictadura pinochetista y sus defensores creían que el asesinato de opositores era por el bien de la patria. Los estados que justifican la pena capital lo hacen basándose en prácticas históricas y como forma de reprimir la criminalidad. Los estados que legislan sobre el aborto lo hacen en base a controlar la natalidad o alegando razones de salud pública.  

Toda vez que hablamos de justificaciones, excepciones, razones, teorías, etc., hablamos de cómo la cultura permite normar la conducta humana. EL SER HUMANO ES NATURALMENTE CULTURAL.

La conclusión

El asesinato de fetos o embriones es posible, dependiendo de las razones que podamos esgrimir, por lo que no necesariamente afectan la llamada "ley moral", ya que la cultura es susceptible de ser cambiada dependiendo del contexto social en donde se inserta. En este sentido, cuando la discusión es a nivel país, no hay que negar, soslayar o quitarle valor a ninguna razón ni a ninguna ideología, sea esta marxista, nazi, católica o neoliberal. Lo importante es que esas razones sean compartidas, atendidas y suficientemente aceptadas por, al menos, la gran mayoría. 

Cabe mencionar que yo no soy un defensor del aborto. Si creo que es necesario abordar el tema y legislar, "justificar" democráticamente, ciertas excepciones al aborto. En mi caso, defiendo la necesidad de contar con abortos seguros e informados en los casos "terapéuticos": ante violación, inviabilidad o muerte del feto durante la gestación, o en caso de riesgo de muerte para la madre. Creo que existen varias razones para justificar esta práctica:

1. El estado como ente orgánico no es igual a ningún Dios. Ni Cristo, ni Alá, ni Zeus pueden ni deben ser identificados como ese ente orgánico. Por tanto, hay que asegurar la representatividad de todos los ciudadanos que reconoce como suyos a través de las políticas públicas y leyes. 

Los grupos contrarios al aborto deberían enfocar sus esfuerzos en convencer a las mujeres embarazadas a no abortar, en vez de enforcarse en que no haya ley de aborto. Un estado serio debe asegurar condiciones mínimas de salud y de decisión a todos sus ciudadanos.

2. No hay razón que justifique nueve meses de embarazo si el feto morirá al nacer por un problema de salud o si está muerto antes de nacer.
3. Nadie debería criar a un bebé que le recuerde a su madre que fue violada.
4. Si yo fuese feto y supiera que mi nacimiento o gestación está poniendo en riesgo la vida de mi madre, aceptaría un aborto.
5. Se dice que la clase alta de este país accede a abortos clandestinos pero seguros en clínicas privadas o que viajan a otros países. De ser así, es una injusticia horrenda con los pobres o clases medias. Acción Familia debería solicitar que se hagan leyes que regulen todo tipo de intervenciones en tales clínicas privadas que suelen permitir un aborto (apendicitis, tumores benignos intrauterinos, etc.).


Nota: por salud mental y porque creo que esto es un debate serio, me abstuve de poner las típicas imágenes de abortos, marchas y asesinatos varios. 


lunes, 12 de mayo de 2014

La Sexualización del Lenguaje y la Hegemonía machista



La Sexualizacion del Lenguaje y la Hegemonía machista

Esta entrada tiene dos tópicos. Uno, refiere a la terminología utilizada para referirse a múltiples ítemes de conversación y qucuyo origen (de la terminología) esta basado en referencias genitales (como el 'pico', la 'raja', u otras referidas al coito). El segundo, es una discusión de género y hegemonía cultural que se reproduce a través del lenguaje en general y a través de la sexualización del lenguaje en especial.

Como se sabe, el lenguaje de un pueblo no sólo es un instrumento de comunicación, sino que un cúmulo de cultura, significación, transmisión y reproducción sociocultural. Por tanto, no hablo sólo de un proceso de metaforización desde el sexo o los genitales hacia la vida social, sino de un proceso de profundización del modelo falocéntrico, machista y hasta ahora dominante en la sociedad occidental (al menos).

I. Terminología

Quién no ha oído las frases "cabro culiao", "toy pal pico", "mala/media raja", "pico conchetumadre", etc. Todas, frases relacionadas con el sexo pero referidas a múltiples situaciones y contextos sociales. De aquí se desprenden puntos como temática de conversación y contextualidad.


En términos de cantidad de temas abordados por todos los estratos etarios (desde los niños, la juventud, adultos y mayores), aunque especialmente por la juventud "popular" (que es el estrato que más conozco), me da la impresión que  aquello que se refiere a la sexualidad parece sobreabundar en sus conversaciones, por sobre cualquier otro tema. 

El punto que me parece más interesante, es la contextualidad de este tipo de lenguaje. Me refiero a que en sí mismas, como signos aislados, tienden a reconocerse o representarse como insultos. No obstante, dependiendo del tipo de relación que exista en los interlocutores, estos pueden convertirse en formas de expresar sorpresa, satisfacción, ironía y humor, admiración, negación, etc. Obviamente, en determinadas circunstancias, tales expresiones resultan en insultos provocadores muy violentos. La palabra más usada es la categoría "culeado" (culiao, para que se entienda), que proviene del verbo culear, es decir, realizar el acto sexual. Pero la connotación es más bien negativa, e indica que el sujeto "culeado" es el sujeto pasivo que recibe el miembro masculino a través de la penetración, que en la práctica lo transforma de sujeto en objeto.

Sin embargo, pese a esa connotación más bien negativo, he oído la frase para indicar sorpresa (oh, culiao, la media huevá); admiración e incluso como sinónimo de genialidad (oh, las zapatillas culiás bacanes). Es un adjetivo ambiguo, pues también indica inutilidad (puta el computador culiao, ya se quedó pegado). En definitiva, es una palabra de gran carga emocional pero de alguna manera neutra, que se nutre del carácter de la situación que el emisor vive. Misma situación pasa con la palabra "raja" o "huevón" y con casi todos los llamados garabatos. En sí mismas, cada una expresa una gran liberación de energía social, la cual toma su violencia gracias al carácter de tabú que cada una de ellas tiene. 

II. La sexualización y la hegemonía

Pese a que resulta obvio, hay que destacar que en este tipo de lenguaje domina la conceptualización del genital masculino como categoría organizadora de las metáforas. La mayoría de estas nociones implican la penetración, en especial, en uno de los garabatos más comunes y con mayor cantidad de articulaciones, tal como "cualio". Como mencioné anteriormente, la palabra más usada en sus distintas variantes, parece ser la categoría "culeado", que refiere directamente a la realización del acto sexual. La connotación indica a dos sujetos, un sujeto penetrador y al sujeto "culeado", el cual es el sujeto pasivo que recibe el miembro masculino a través de la penetración, que en la práctica lo transforma de sujeto en objeto.

La transformación de las personas en objetos es típica de, al menos, esta sociedad occidental. La vida se ha mercantilizado, las personas y los derechos más básicos están sujetos a valores económicos transables y no es inusual conocer casos en que terminamos siendo objetos del capital, mercancías y hasta obstáculos en el desarrollo y el progreso. El caso más dramático se visualiza en la violencia de género, fenómeno a través del cual nuestros cuerpos se transforman, ya sea en el pene o en el objeto donde ese pene se puede introducir. Lo peor es que se asume - de manera inconciente quizá - que ser el objeto pasivo que recibe al pene "merece estar" o peor aún "naturalmente está" en una situación de inferioridad social, consagrando a la mujer (y al homosexual y al transgénero) a un estado de dominación social-político-cultural-económico.

III. Conclusión.

Me da la impresión que nuestra sociedad no sólo padece de un machismo crónico, sino de un severo problema de pervertidismo. Las relaciones entre géneros distintos, entre hombres y mujeres, son en general mediadas por la posibilidad sexual. El frenesí por el placer, quizá en algún tiempo sinónimo de rebeldía y de un carácter contestatario a la sociedad puritana, se ha convertido en un hábito que ha permitido profundizar fenómenos (y realidades) como la sexualización del lenguaje, la hegemonía machista, o la pornografización de las relaciones humanas entre géneros.