martes, 10 de mayo de 2011

¿Por qué estoy Contra Hidroaysén?

"... La decisión de aprobarlo, constituye una decisión política, y no técnica, como nos lo quieren hacer creer".

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‘No estoy en contra del progreso’, podría decir para empezar. Pero es un cliché. Y la verdad, es que si estoy en contra del progreso, al menos, entendido desde el capitalismo neoliberal: codicioso, arrogante, discriminatorio y conservador. Ese progreso es odioso y odiable, detestable y digno de ser rechazado por ciudadanos concientes e informados (aún con un poco de información).

No soy técnico. No conozco los detalles de la legislación ambiental ni los detalles técnicos del proyecto. Sólo conozco cosas simples: Endesa y Colbún, patrocinantes del proyecto, son 2 de las 3 grandes empresas que manejan gran cantidad del negocio energético. Los datos apuntan a que una vez concretado el proyecto, ambas empresas manejarán el 80% del negocio. Es decir, una práctica monopólica gigantesca.

Sé que Endesa controla el 96% de los derechos de aguas superficiales de la región de Aysén (¡Cómo es posible! ¿El agua chilena no es Chile entonces?). Allí, allí donde los glaciares y los hielos constituyen la gran reserva de agua de la humanidad.

Sé que el proyecto implica destruir gran cantidad de parajes naturales bellísimos de nuestra patagonia (la que no es monopolio de los ayseninos solamente: nos pertenece a TODOS y TODAS). Este párrafo es romántico y cliché, es cierto, pero aún así, hay que decirlo. Hay que decir, que las líneas de transmisión y las áreas de inundación, impactarán de una u otra manera en parques nacionales, santuarios de la naturaleza, nichos ecológicos y reservas naturales.

Por último, la aprobación de Hidroaysén reduce la necesidad de inversión en Tecnología para Energías Renovables No Convencionales. El Estado se excusará de invertir, considerando que los más de 2.000 Mega Watts que se pretenden inyectar al Sistema Interconectado Central, serán suficientes para la demanda de energía de los próximos 30 años, por lo menos.

Por lo tanto, había argumentos técnicos y económicos como para rechazar Hidroaysén. LA DECISIÓN DE APROBARLO, CONSTITUYE UNA DECISIÓN POLÍTICA, Y NO TÉCNICA, COMO NOS LO QUIEREN HACER CREER. 

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