miércoles, 20 de mayo de 2015

Chao al 21 de mayo



¿21 de mayo?


El día de las glorias navales es extrañamente simbolizado a través de una derrota. Esto me hace preguntarme sobre el legado de Prat en el día de hoy. ¿Qué es lo que se nos ha enseñado? ¿Cuál es el valor que se reproduce cada 21 de mayo? ¿Patria? ¿Heroísmo? ¿Locura? ¿La mejor de las derrotas?


La batalla naval de Iquique es parte de la aventura bélica del pacífico, guerra que nos enfrentó por segunda vez a Perú y Bolivia; esta vez, disfrazando de patriotismo la manipulación transnacional de ingleses y norteamericanos sobre el salitre. Quienes disfrutan echando en cara su fanatismo nacional alegarán que la guerra fue provocada por bolivianos, que insultaron a Chile, que querían robarnos, que ganamos la guerra, etc., y que yo, soy un vende patria, traidor, etc.


Sin embargo, mi punto es que en realidad no hay mucho que celebrar ni conmemorar. Menos para hacer feriado de este día.

Ni como valor patrio ni como gloria naval.


El fanatismo ciego llevó a Prat a sacrificar a un grupo de marineros sin ninguna posibilidad de nada. Yo comparto las palabras de Sócrates, cuando dice “preferir la muerte que la esclavitud”, pero lamentablemente en el caso de la famosa guerra del pacífico, había solo intereses comerciales en juego. Miles de chilenos, peruanos y bolivianos muertos por el control de los recursos que beneficiaban a sólo unos pocos. En Chile, cuando surgió un presidente que buscaba aprovechar bien la riqueza mineral del salitre, terminó en medio de una guerra civil que fue apoyada por la misma armada que pintamos tan patriótica. El salitre siguió beneficiando a unos pocos, y esos pocos continuaron usando a los militares cuando, por ejemplo, hicieron masacrar a los obreros huelguistas en la Escuela Santa María… ¿de dónde? De Iquique, del mismo lugar en donde se inscribe la gesta de los esmeraldianos.



¿Cuándo será el día que cambiemos este feriado? Propongo, por nombrar algunos, el 7 de abril, fecha de nacimiento de Gabriela Mistral; o el 12 de julio, nacimiento de Pablo Neruda; y qué tal el 10 de diciembre, fecha que conmemora la entrega de los Nobeles a ambos, en 1945 y en 1971. Esos son verdaderos triunfos. Ahí hay verdadero patriotismo. Dejemos a Prat en los billetes azules y olvidémonos del 21 de mayo.

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