jueves, 7 de julio de 2011

Sobre la Ideología

Por HUGO MONTESINO ARRATIA

Sobre la Ideología, el término ya se empezó a usar hacia el siglo XVII y XVIII. Tiene una interesante evolución (tanto como la idea de Sistema). Los eruditos las rastrean en los antiguos diccionarios, incluyendo los primeros de filosofía o lógica y en la Enciclopedia, básicamente en Francia durante el Iluminismo e Ilustración.

En Marx está al inicio como "Falsa Conciencia" ("La Ideología Alemana", "Manuscritos Filosoficos de 1844", etc..), pero andando en su vida, le dió otro valor, como una esfera o ámbito de las ideas a través de las cuales toda la humanidad, clases y grupos, expresan sus intereses, cosmovisiones, etc. y como elemento coaligante, unificador de grupos, constructor de 'Conciencia colectiva' - identidad diríamos hoy -. No necesita ser "verdadera" ni "falsa", sino que es más bien funcional, mezcla de razones y emociones (arte, música, poemas, refranes, sentimiento religioso, etc.).
 
Así, habría una suerte de "ideología mala " y "una ideología buena" (luego, otros hablarán de la 'Ideología del Proletariado' como algo deseable y a cultivar, de Ideología Científica, etc.), dicotomía que no me satisface; prefiero hablar de "tratar de tener un buen nivel ideológico", en el que uno al menos sabe qué corrientes cruzan la época y sociedad en que vive, porque nada se inventa 100% en nuestras cabezas.
 
Cuando uno es consciente de "lo que entra y sale de su conciencia" no se es tan objeto de las ideas y valores en boga (pero hay un techo o límite, que es el la determinación cultural que ejerce el mundo social en que uno nace). Así las ideas, los ideales y valores, obran explícitamente reconocidos como "convicciones", uno es "convicto" de sus valores conscientemente ratificados de la tradición de la que viene, o elegidos de otras y adoptados.

Aunque siguan siendo materia de debate nuestras posturas, las armas de la razón (siempre alguna racionalidad específica) se suman en ese caso para defenderla, esclarecerla y desarrollarla.
 
Ya en las postrimerías de la antigüedad en la Epístola de San Pablo [a Los Tesalonicenses] encontramos la sentencia "estad siempre preparados para dar razón de vuestra fe": origen de la razón de ser de la apologética y la Teología Fundamental, precisamente dirigida hacia los gentiles o Teología Fronteriza, que tiene en cuenta y [está] dirigida hacia el "otro".

En el siglo IV, con la patrística, San Agustín convence a los cristianos de sumar las armas del racionalismo "pagano", grecorromano, porque "hay que discernir los contenidos de la fé".
 
No todo es meramente ideología. Dicho de otro modo, [por un lado] la ideología en sentido restringido es la que casi inconscientemente opera en el sentido común y psiquis colectiva. Pero la Cultura, la Ciencia, la Literatura, la Filosofía son actos de reflexión deliberados, no de la "costumbre mental".
 
[Por otro lado] creo que la ideología en sentido amplio, viene a englobar todo ello, cuando lo comparamos a Sociedad, Economía, en términos [temporales en el sentido de época] o macro estructurales, y de eso no se escapa ningún humano.
 
Obviamente Lavín la ha usado en la primera acepción - la restringida - para descalificar como inconsciente el proceso de movilización masivo, lo cual es de por sí absurdo. La coordinación de cientos de [miles]  no se hace ni se da por mero reflejo de ira.
 
En la historia de las doctrinas económicas, y del ejercicio práctico de la economía, no ha habido corriente más ideologizada, dogmática y negadora de toda otra posibilidad siquiera de ver las cosas, que el neoliberalismo. Han recurrido a la matematización de la economía para darle halo de ciencia natural, [aún cuando] sigue siendo ciencia social. El truco de "naturalizar las cosas" - para hacerlas pasar como obvias y espontáneas, inherentes al mundo - es muy usado por ellos, mas no les es exclusivo, y el efecto es la "cosificación" del Hombre, asunto que hoy es notorio y contra lo cual también se rebelan las gentes. Ni la Educación es (o no debe ser) mercancía ni las personas [tampoco].
 
Sólo me resta hacerte observar que en los diferentes textos que [se citan] (http://portalesdefuego.blogspot.com/2011/07/dialogos-sobre-ideologia.html), algunos dicen que la Ideología está en la base u origen de las acciones o de las reacciones de la autoridad.
 
Discrepo, por atribuirle a [esta postura] demasiado poder a la ideología. Las ideologías no son nada si no es porque "calzan" con realidades sentidas y percibidas de ese modo por las personas. Son las realidades sociales las que se van esclareciendo en ideas, canciones, discursos, debates, y se expresan en ideales que decimos perseguir. Al hacerlas suyas, las gentes, las personas, adquieren noción de que no están solos; comprenden o creen comprender las causas, se motivan y se coordinan, en el lenguaje o discurso. Excederse es ser idealista filosófico, al estilo de los siglos antiguos.
 
Por tanto siempre las ideologías expresan intereses o políticas, pero ni las políticas ni los movimientos sociales expresan ideologías (salvo que se diga ello en sentido metafórico) ni [partidismos]. Eso sería darle rango de sujeto de la historia a la ideología. Si, los movimientos sociales tienen aristas, componentes o facetas políticas e ideológicas, pero corremos el riesgo de confundir la especificidad de los movimientos sociales, y de paso, la especificidad de lo ideológico y de la política como espacios de disputas de poder, cada una con sus códigos, aunque obviamente relacionados en un "continuum" (continuidad) macro, lo humano, lo histórico.

Fuera de la Historia no hay nada humano, la historia es el modo de darse de lo humano con todo lo anterior dentro. Incluso cuando afectamos la naturaleza, es el principio antrópico que opera, "humanizándola", vale decir, haciéndola dependiente, controlándola o dañándola (la Producción, a veces llamada economía).
 
Para terminar, [estimados], otro punto que suele venirme a la cabeza en este período, es que lo peor que se podría decir de los que nos movilizamos, de los que rechazan y demandan soluciones en diversas materias es que digan "estos tipos (nosotros) no tienen ni idea de lo que persiguen".

Ese rol cumple también la ideología... no basta tener rabia, dolor o molestia, sino que al tener ideas le damos objetivos y encauzamos a nuestra acción.... muy humanamente.

¿Qué prefiere el lector o nuestros detractores? ¿Que tengamos (y desarrollemos) ideas, propósitos y argumentos o que obremos a ciegas en un "reventón social"?

Obviamente negar la existencias de ideas, propósitos e intereses legítimos y bien claros en el Movimiento Estudiantil, por ejemplo, es negar la posibilidad del diálogo y el debate ("no hay sobre qué discutir si ni se les entiende el griterío, es una murga, seamos serios, saquemos de la calle el debate para instalarlo donde corresponde, el parlamento, etc."), pues ello les obligaría a exponer sus justificaciones racionales ("dar razón" de su postura, cosa que su autoritarismo no les permite y la miseria egoísta de su verdad les impide decir). "No hay peor sordo que el que no quiere ver", ¿o algo así, no?

Ojo: ahora empieza la delincuencialización de las protestas estudiantiles, al tenor del Mercurio que ya he visto, tras el discurso-auncio-ofertón de Piñera.

Saludos. Hugo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te pareció?