jueves, 29 de julio de 2010

ANTROPOLOGÍA, POLÍTICA E IDEOLOGÍA: PERSONALIDADES MÚLTIPLES DE UNA MISMA MENTE.

Tal vez no es secreto, ni revelación. Puede ser que yo sea el último en enterarme; quizás. Pero no puedo dejar de mencionar ni dejar de hacer esta reflexión con respecto, nuevamente, a una mente adiestrada a pensar en términos clasificatorios y racionales y obsesionada en creer en una objetividad positiva-científica más hábil para aprehender la realidad social: No es porque seamos científicos, occidentales o universitarios, que nuestros discursos nos son más plausibles de creer que los de un nuer; es porque nos esforzamos en creer en que las únicas explicaciones válidas con respecto a nuestro universo físico y del entorno socioecológico que nos rodea son las que nosotros inventamos gracias al poder que nos da nuestra amada ciencia.

Y es que una vez terminada mi práctica profesional, pensando, retrotrayéndome, reflexionando acerca de lo hecho, de lo no hecho, etc., me doy cuenta una vez más que no es posible separar las personalidades internas, las identidades y particularidades individuales, menos en un ambiente de trabajo tan politizado como el sector público. En mi caso, tuve que convivir 450 horas en constante aprieto en ese ambiente, no por los compañeros de trabajo ni por la pega, sino porque tuve que soportarme como Antropólogo, como actor social y político, como un idealista, enfrentado a una realidad que no es para nada amigable. La academia tiende a atomizar cada una de estas identidades, te incita a pensar como científico, aunque también como político, pero nunca mixturando ambos polos aparentemente opuestos. No te enseña a mediar la ideología personal, aunque esta está presente todos los años de universiadad, con las teorías ni con la perspectiva política. Eso es cosa tuya. Aunque nunca lo piensas concientemente, siempre se está en esa constante lucha de cómo asimilar lo que te enseñan los profes con lo que aprendes de la comunidad estudianti, y cómo compatibilizarlo con la formación que tienes, y con lo que crees y quieres creer.

Entonces, no es posible ni plausible para mí, pensar en que puedo ser antropólogo (laboralmente) sin ser un actor político (decidiendo constantemente cómo asimilar la información transmitida) ni un idealista (creer que la información recibida puede generar de parte mía un cambio en la perspectiva de los demás); creo que no me pueden pedir que no piense, sienta, actúe, sueñe ni imagine lo que quiera y lo que pueda aún trabajando, aún realizando las tareas que se me encomienden. Las personalidades múltiples suelen entenderse en sentido patológico, exactamente porque la racionalidad occidental pretende que una persona represente una individualidad y espera que se comporte de acuerdo a un determinado estatus y en torno a un determinado rol.

             (Sin embargo, me pregunto, ¿Cómo es que permite que una gran mayoría viva en un doble estándar? ¿Por qué no patologiza la hipocresía, la demagogia, el conflicto de interés la mentira y el mismo doble estándar? Es porque en realidad, estas realidades permiten la dominación. Cuántos de nuestros políticos viven de ello. Cuántos esconden su verdadero rostro; cuántos de los empresarios más ricos, cuántos de los pobres más humildes, cuántos de los cristianos más pudorosos son en realidad fantasmas, esclavos de lo que deben ser hacia afuera, pero libertinos en su verdaderas intenciones.)

Volviendo al tema, en realidad, lo que quiero destacar con 'personalidades múltiples' es la diversidad de fuentes, temas, perspectivas, ideas, etcéteras, que nos construyen y nos constituyen como personas únicas e inigualables. NO PERMITAMOS QUE NOS MOLDEEN A IMAGEN Y SEMEJANZA DEL SISTEMA!
QUE NO NOS QUITEN EL DERECHO A PENSAR NI EL DE SER CRÍTICOS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te pareció?